EL CARNAVAL
es una fiesta movible entre los meses de febrero y marzo. El nombre de la palabra viene del latín carnen levare, que significa «quitar la carne», es por eso que se dice que las fiestas carnestolendas son las fiestas de la carne. Esta celebración es de origen muy antiguo; mucho antes de la era cristiana existe referencia de su celebración en las diferentes culturas europeas.
En Venezuela la tradición llegó junto con la conquista y se practicaba la costumbre de jugar con agua y todo tipo de sustancias como huevos, azulillo, etc. Con la llegada del Obispo Diez Madroñero a Caracas, en el siglo XVIII, los carnavales se convirtieron en tres días de rezos, rosarios y procesiones, por considerar el Obispo que eran fiestas pecaminosas.
Al arribar el Intendente José Abalos, volvió nuevamente el carnaval a Caracas, aunque de forma más refinada, celebrándose con comparsas, carrozas, arroz y confites, dejándole a los esclavos y a la plebe los juegos con agua y sustancias nocivas.
Así llegó al siglo XX la tradición en Venezuela con carrozas, disfraces, bailes populares y en salones refinados. A mediados de los años cincuenta y hasta finales de los sesenta, apareció un nuevo elemento: las famosas «negritas», quienes escondían la identidad en el disfraz para disfrutar sin complejos de la festividad.
es una fiesta movible entre los meses de febrero y marzo. El nombre de la palabra viene del latín carnen levare, que significa «quitar la carne», es por eso que se dice que las fiestas carnestolendas son las fiestas de la carne. Esta celebración es de origen muy antiguo; mucho antes de la era cristiana existe referencia de su celebración en las diferentes culturas europeas.
En Venezuela la tradición llegó junto con la conquista y se practicaba la costumbre de jugar con agua y todo tipo de sustancias como huevos, azulillo, etc. Con la llegada del Obispo Diez Madroñero a Caracas, en el siglo XVIII, los carnavales se convirtieron en tres días de rezos, rosarios y procesiones, por considerar el Obispo que eran fiestas pecaminosas.
Al arribar el Intendente José Abalos, volvió nuevamente el carnaval a Caracas, aunque de forma más refinada, celebrándose con comparsas, carrozas, arroz y confites, dejándole a los esclavos y a la plebe los juegos con agua y sustancias nocivas.
Así llegó al siglo XX la tradición en Venezuela con carrozas, disfraces, bailes populares y en salones refinados. A mediados de los años cincuenta y hasta finales de los sesenta, apareció un nuevo elemento: las famosas «negritas», quienes escondían la identidad en el disfraz para disfrutar sin complejos de la festividad.
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